CHAUVIN

La idea del proyecto surgió de un encargo de espacios para “la cultura de los sentidos”. El programa desarrolla una propuesta donde la arquitectura pueda actuar como exaltador de la experiencia sensorial
e inmersiva.

MEMORIA DE PROYECTO

La arquitectura actúa asi como artefacto contenedor, formulando un espacio bar restaurante, cuya función es articular el formato microteatro, la música, el cine y eventos diversos, entre ellos expresiones gráficas y plásticas. La complejidad programática se desarrolla en tres plantas y dos entrepisos en un total de 1500 m2. La fachada sugerente, intimista, parte de fabricar una escena urbana de telones de chapa negra.
Invertir la escena, considerando al público como los actores que surgen desde el proscenio urbano, activando la arquitectura ofrecida. Un patio de acceso articula y establece un instante de misterio previo, que descubre un espacio espacializado con lucernas, dobles y triples alturas que relacionan las plantas e invocan la luz natural y artificial que generan esas atmósferas apacibles y amables, buscadas como una forma de atrapar con los recursos formales y materiales la mirada y una demora en quienes se permiten sumergirse en la experiencia funcional de la propuesta.

La PLANTA DEL NIVEL CERO contiene la boletería del microteatro, el resto bar, el soundroom, y al fondo el patio de la selva. El bar restaurante, modula varios espacios dentro de un mismo contenedor de sensaciones. El hormigón visto, protagonista de la propuesta, es relacionado con la calidez rústica de la madera de la lámpara de la barra y la madera industrializada, en planchas teñidas, ha sido perforada con un patrón aleatorio especialmente diseñado, a fin de conformar el cielorraso y los revestimientos, actuando como elementos escenográficos con propiedades diseñadas para el confort visual y acústico.

La barra, diseñada en hormigón con un acabado laqueado transparente, se desarrolla en quince metros, mostrando una protagónica lámpara de doce metros.