Por el Arquitecto Juan Pfeifer
Adrián es un tipo insistente. Me pide (como seguramente a muchos más) compartir material en el sitio web de Architector para motivar en la situación reinante. Es un laburo bien difícil cuando todo lo que nos conecta con la realidad está atravesado por malas noticias. Sin embargo algo voy a intentar, ya que – creo – de eso se trata.
Intentar – como propósito – está ligado al deseo, a querer hacer, a proyectar. Y eso es lo que hacemos los arquitectos: proyectar hacia adelante, imaginar algo que todavía no es, o mejor: interpretar la idea que otros tienen para responder a una necesidad, a un anhelo, a un hecho que aún no existe.
Los arquitectos siempre estamos imaginando algo, propio o ajeno. Luego vamos recorriendo y acompañando el camino hacia su concreción. Los resultados suelen ser diversos, van desde aciertos a fracasos en un abanico de matices que – también – son reexaminados en el tiempo.
Y en esa tarea de aportar con nuestro saber específico a la materialización de necesidades individuales o comunes, se han ido construyendo viviendas, escuelas, fábricas, oficinas, hospitales, centros comerciales, estadios, clubes, plazas, barrios…ciudades.
También fuimos construyendo – ahora ya como sociedad – grandes inequidades, incertidumbres, cosas que sobran y cosas que faltan.
Hoy, ante un suceso (paradójicamente) in-imaginable, nos damos cuenta con crudeza de lo mucho que otros necesitan y no tienen, de ausencias y privaciones
Tal vez sea un buen momento para reflexionar y proyectar-nos hacia el futuro con una mirada solidaria, imaginándonos como arquitectos, arquitectas y personas sensibles a las necesidades del otro.
Pensar en algo que todavía no es, pero que todos vamos a necesitar para poder convivir en armonía, con trabajo para todos, con inclusión y más solidaridad.