Por la Arquitecta Haydee Perez Maraviglia
Estamos viviendo tiempos de rupturas de grandes e inimaginables situaciones. Salud, sociedad, políticas económicas. Transformaciones que tampoco sabemos cómo salir de ellas. En oriente cuando algo se rompe lo pegan con oro y se ve mejor que antes: se nota la marca que va señalando lo transcurrido.
Lo mismo nos sucede después de pasar por grandes adversidades: nos convertimos en más expertos y dirás con orgullo, aunque no sin dolor: «mirad lo que he pasado, pero me ha convertido en lo que soy hoy».
En mi caso somos varios en el estudio que vivimos esta experiencia de haber superado la adversidad con la muerte de Carlos Mariani.
Y sin quejarnos por lo vivido salimos adelante todos juntos -con fuerza y empatía- logramos cerrar cicatrices y sacar lo mejor de nosotros tratando de mitigar su ausencia, ya desde hace 12 años.
Los niveles de nuestra vida requieren de distintas miradas y una nueva creación para salir adelante siempre en grupo apoyándonos unos en otros y con los otros recrear y crear nuevas situaciones.
El cambio es la vida y hay distintas maneras de adaptarse a él con enojo o con aceptación que requiere imaginación y creatividad para lograr superar las circunstancias que vivimos con dolor.
Así hoy agradezco la confianza de todos en seguir con el estudio y ver los resultados halagadores por reconocimientos recibidos. No se olvida ni se pierde lo vivido, por el contrario, es la fuerza que permite salir del lugar del dolor y la parálisis y nos da la posibilidad de saltar a algo más rico, más empático, más valorado por todos con la profesionalidad y el saber que enriquecen lo vivido. «Feliz de vivir» es aceptar la fragilidad de vivir sin garantías.